Quiero escribirte algo, pero todavía no sé muy bien el qué.
Quiero escribirte porque creo que es la mejor forma que muchas veces tengo de explicarme, y porque, sinceramente, te lo mereces.
Supongo que empezar hablando de cuando te conocí sería lo mejor.
Pues bien, cuando te conocí...la verdad es que apenas recuerdo qué pensaba momentos antes de conocerte, qué quería o qué buscaba, pero fue como en un baile de máscaras, donde nadie sabe quién es quién y todos parecemos iguales, donde las probabilidades de que dos personas de gustos semejantes y caracteres compatibles se junten, quedan reservadas a unos pocos con suerte. Y lo cierto es que siempre había pensado que la suerte sólo era una excusa más, como el karma. Pero eso sólo fue hasta aquella noche.
Después de conocerte comencé a creer que las pequeñas probabilidades también podían estar de mi lado. Y al vernos empecé a valorarnos como oferta sólida.
A partir de aquí ya te sabes la historia.
Sentir lo que haces y demostrar lo que sientes. Siempre he pensado que es la mejor forma de vivir, la más sana, y contigo me salía solo, sin presiones, sin ataduras y, poco a poco, sin miedos.
Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario