lunes, 16 de junio de 2014

Camelias pero no personas.

Tengo un problema. No dejo de pensar en las camelias. La historia de por qué las camelias no viene al caso, simplemente las camelias en sí, como «cosa».
La elección de las camelias, elección involuntaria, todo sea dicho, ha sido porque, a raíz de esta historia que ya digo que no viene al caso, me he dado cuenta de que sólo me llenan las «cosas». Quizás ese término sea algo ambiguo en este caso. Me llenan las cosas, los objetos, sin entrar en discusiones sobre el materialismo, me llenan también algunas acciones, relacionadas con cosas, tangibles o no, como leer, el cine, la música, en definitiva «cosas».
Pero mi problema no es el lugar que ocupan esas «cosas» en mi vida, mi problema es lo que no lo ocupa. Nadie. Nadie consigue ocuparlo, llenarme del todo o prácticamente. 

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