miércoles, 4 de junio de 2014

Desnuda su piel era distinta.
Parecía tan frágil, despojada de toda tela, como desarmada. 
Y no entendía por qué le volvía loco verla así. Quizás por la naturaleza que desprendía, porque no hay nada más natural que la piel desnuda. Y ella era naturalidad con mayúsculas. 
Suave, dulce y pálida naturalidad.


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